Estatua de resina bien acabada y pintada a mano, de 23 cm de altura, que representa a María. La Virgen está representada en posición erguida con los brazos abiertos hacia todos sus hijos y con un pie pisa la serpiente en señal de inequívoca victoria del bien sobre el mal. La Santísima Madre viste un traje blanco cubierto por un manto azul y oro, además de un largo velo blanco que cubre parcialmente el cabello. La Inmaculada se apoya sobre una base dorada toda tallada con decoraciones con su nombre.

Medidas: